Una semana fue lo que nos duró la emoción por el primer puesto en este Tour de Francia. No fue un Tour tan malo como nos quiere hacer creer el «amigo» Alberto Benítez de Marca, ni un Tour tan bueno como nos quieren vender desde TVE. Al fin y al cabo «el Tour es el Tour» y los Tours modernos son lo que son.
Los entendidos de la New Way nos vendieron que con etapas cortas habría espectáculo y resulta que nos encontramos con un Tour sentenciado en ocho días y sin posibilidad alguna de recuperación. Y gracias que tuvimos tres días de esfuerzos encadenados, con kms y mal tiempo que consiguieron sacar a Van Aert de la lucha por la general porque sino nos lo podríamos haber encontrado en el podio final en París, o luchando por él hasta el último día.
Y no es que le tenga especial fobia al belga, más bien al contrario, se podría decir que goza de mis simpatías, pero me niego a verlo en un podio en París, salvo que sea vestido de verde.
No vamos a descubrir a estas alturas el pedazo corredor que es, ganador de una etapa de montaña con doble paso por el Ventoux, ganador de una CRI y ganador de un sprint masivo (nadie lo hacía desde Hinault), el más prestigioso en París y quitándole a Cavendish la última oportunidad de batir a Mercx en su igualado duelo de victorias de etapa en la Grand Boucle (o eso creo, porque con Cavs y el Deuceninck uno nunca sabe… Igual el próximo año…)
No sé si es mi desgana general, si el ciclismo no es lo que era o si cada vez soy menos objetivo, pero hacía mucho tiempo que mi percepción del Tour no era tan descorazonadora.
¿Ha habido lucha por etapas? Sí, y además con corredores de primera fila.
¿Lucha por la general? Pues salvando el primer puesto sí, y con buenos corredores.
¿Y por la montaña? Pues también, aunque se la haya llevado el mismo que el que iba de amarillo.
¿Entonces? 🤷♂️
Me han decepcionado bastante los dos bloques que a priori debían poner la carrera patas arriba y dar guerra a Pogacar.
Lo que más me ha decepcionado ha sido el «ala noble» de Ineos, parece que sólo trabajan si es para uno de ellos, y Carapaz se ve que no lo es. No me creo que un ganador de Tour (Thomas), un podio de Tour (Porte), un ganador de Giro (Geoghegan Hart) y Van Baarle no den para más. Aprueba Kiatkowsky y saca sobresaliente Castroviejo, los dos únicos que se vieron haciendo un buen trabajo para Carapaz, que ya sabe lo que es subir al podio en las tres grandes.
También me ha decepcionado a medias Jumbo. Medio equipo se vio afectado por las caídas, uno nunca sabe el grado de afectación real que puede llegar a provocar sobre los corredores, pero que tan sólo tres compañeros hayan llegado a París apoyando a Vingegaard cuando se estaba jugando el podio no dice nada bueno de ellos.
No pretendo que éste sea un post para poner nota, si tengo ganas haré uno estos días, y parece un poco tarde para meter un comentario del bloque de Pirineos todo junto, así que será mejor ir terminando, rezar para que vuelvan al menos dos o tres etapas de montaña de las verdad, de esas en las que desayunas con la salida, comes cuando empiezan los puertos y te tomas el café cuando todavía queda lo mejor.
Es probable que el ciclismo haya cambiado ya y yo sueñe con recuperar algo de lo que viví y me enganchó a él. Es probable que los fondistas ya no existan, que hayan quedado para etapas puntuales o que ya sólo se dediquen a las Clásicas. Es probable que al aficionado medio que no sabe quién es Johan Musseuw, Gianni Bugno, Tony Rominger o Claudio Chiappuchi le aburra estar tantas horas delante del televisor. Pero para todos ellos tengo una frase de cosecha propia, «decir que sólo disfrutas viendo los últimos kms de cada etapa porque lo demás te aburre es como decir que sólo disfrutas del orgasmo porque lo demás no te excita». O no sabes de qué va el tema o tienes un gran problema de percepción.
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No me gustaría irme sin comentar algo sobre Pogacar. Lleva dos Tours pero sigue siendo un crío de 22 años, algo que tiene su importancia.
Ha sido el mejor sin discusión alguna, pero ha pecado de inexperiencia y/o soberbia. Cualquier líder maduro habría mantenido la calma ante ataques de corredores a más de cinco minutos de distancia en la general, todos en este caso. Sin embargo el esloveno no dudó en salir a todos y cada uno de estos ataques.
En los Tours tradicionales todos los corredores pasan por un día malo, y sólo los verdaderos campeones lo superan minimizando pérdidas o incluso sin que se note, pero lo hacen economizando esfuerzos y sin alardes.
Pogacar también lo tuvo, no olvidemos que Vingegaard consiguió soltarlo en el Ventoux, y sólo una desastrosa bajada del danés hizo que su ataque no tuviera trascendencia en tiempo.
¿Qué quiero decir con esto? Que no había necesidad de salir a su rueda y arriesgarse a quedar en evidencia. Hubiera sido mucho más inteligente poner su marcheta y quedar como un líder sólido que administra su ventaja que dar evidencias de ser «humano» y provocar un chute de moral extra para sus rivales.
Suerte para él que ni hubiera terreno, ni rivales ni una diferencia asequible para recortar, porque una vez que abres la caja de los truenos…