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Christian Prudhomme, periodista deportivo, debería dimitir. El máximo responsable de organizar la mejor carrera ciclista del mundo ha conseguido llevarla hasta el extremo del absurdo. El Tour de Francia es lo que es gracias a un formato claro y, ni el adoquín, ni el sterrato, ni las etapas de 65 kms forman parte de él.

El Tour de Francia tiene unos rasgos característicos muy claros; tiene 21 etapas, una primera semana de mucho desgaste, concentra su dureza montañosa en Los Alpes y en Los Pirineos, solía tener dos CRI de cierta distancia y un paso por el Macizo Central propicio para las emboscadas tendidas por los  aventureros de la general.

Hoy hemos visto lo que supone una etapa de montaña, de las de verdad, y con 200 kms, con Aspin, Tourmalet y Aubisque . Los corredores se van abriendo en cada km, sin ataques, el simple desgaste acumulado en cada etapa, la velocidad, el desnivel y los kms, qué importantes son los kms. ¿Os imagináis que hace 2 días hubiera habido otra etapa de verdad? Posiblemente no habría pasado nada ese día pero… Hoy… ¿qué habría pasado hoy?

Ego te absolvo…

El Tour no necesita cambios, el Tour no necesita innovar, el Tour tan sólo necesita seguir siendo el Tour. Y unos periodistas entendidos que sepan explicar al espectador lo que suponen 21 días seguidos de competición, lo que supone hacer un esfuerzo de más un día y cómo lo puedes pagar en otro, lo que supone marcar una etapa como esa en la que vas a dinamitar la carrera. Lo que no podemos esperar es que en cada etapa se ataque como si fuera la última, que en cada etapa se muevan los de la general, que si en una etapa no hay diferencias se diga que «fueron de paseo» o que se invite a los espectadores a echar la siesta o ir a la playa. Responsabilidad amigos periodistas, responsabilidad.

Hoy era el último cartucho, la última oportunidad de hacer caer a Sky, a ese líder «circunstancial» pero muy buscado y trabajado este año por su equipo, la última oportunidad de hacerlo reventar o, en todo caso, quedarse a una diferencia de él lo suficientemente incómoda como para que mañana los nervios pudieran hacer el resto. Todo parece indicar que no será así.

Movistar estuvo bien sobre el papel, la táctica, que por una vez parece que la hubo, fue pensada y bien ejecutada. Bennati no aguantó lo suficiente como para realizar el papel que se le había encomendado pero no se le podía pedir más, el ritmo era alto y no estaba en su terreno. Landa hizo lo que tenía que hacer, jugó bien y no salió, nada que objetar. Amador bien, muy bien. Se filtró en la fuga, esperó a su líder y lo llevó a cabeza de carrera él sólo. Bardet, valiente y sabedor de que estaba muy difícil repetir su podio de los 2 últimos años, se fue con él, con Zakarin y Majka, formando así un póker de muy buenos corredores.

Llegaron a contar con algo más de 3′ sobre lo que quedaba de pelotón, siempre comandado por Sky con hasta 6 corredores, sólo Rowe faltó a la cita. Castroviejo, menudo Tour se ha marcado el chaval, impecable, siempre en su sitio, fue el encargado de llevar el ritmo durante gran parte de la etapa apoyado por Poels, bastante por debajo de su mejor nivel. La distancia aumentaba lentamente hasta que Lotto, en un movimiento criticado por algunos, ponía a Gesink al mando. El ritmo del holandés fue bueno, tan bueno que consiguió reducir el grupo principal a un puñado de elegidos, tan bueno que dejó por el camino a Castro, tan bueno que consiguió reducir la diferencia de los escapados a 1’30».

Tremendo Castro

Sin Castro, sin Poels y cuando Gesink dijo basta ya en el Soulor, la antesala del Aubisque, llegaba el turno de Kwiatowski, tan impecable su trabajo como el de su compañero Castro. El ritmo de Gesink había sido lo suficientemente alto como para dejarlo con pocos cartuchos y no tardaría mucho en abrirse para que fuera el benjamín del equipo el que tuviera que asumir el mando. Dumoulin probaba, Thomas respondía y Froome sufría. Roglic, muy inteligente en todo el Tour, mandaba a Kruijswijk por delante telegrafiando lo que iba a ser su arrancada, qué bueno es este chaval. Buscó su distancia y arrancó, arrancó descolgando a Froome con quien pugna por el podio, arrancó buscando ganar, arrancó buscando el fallo de Thomas, arrancó buscando irse sólo, arrancó cómo arranca un campeón que lleva 18 etapas esperando su día porque, cómo ya he defendido en alguna ocasión, los Tours modernos se ganan guardando 20 días y atacando 1.

_ Alberto, esto lo contamos como victoria para el palmarés?

Se veía con fuerza, abría el hueco suficiente como para pensar que en cualquier momento atrás pararían, que Thomas seguiría los pasos de Froome y se descolgaría, pero no fue así. Thomas muy frío, con el saber estar de un ganador, dejó que fuera Dumoulin el que cerrara los huecos, el holandés también buscaba descolgarlo, a su ritmo, a su estilo. La subida al Aubisque no daba para más pero, la bajada, quedaba la bajada. Una bajada complicada, con 180 kms muy duros en las piernas, en la 19a etapa y con niebla. No creo equivocarme si digo que en el coche de Sky se sufrió todo lo que no sufrieron en las 18 etapas previas. Al fin y al cabo sólo hay que ver el historial de Thomas y sus caídas en las grandes citas.

Y Roglic lo siguió probando, arriesgó en la bajada tanto como lo había hecho en la subida, aunque esta vez jugándose también su integridad. Thomas no cayó en la trampa, hizo una bajada segura, contaba con margen y no se puso nervioso cuando Roglic sacó unos segundos que, a la postre, resultaron decisivos para su victoria de etapa, mañana sabremos si también lo fueron para subir al podio en París.

_»Si cojo al enano lo agarro así por el cuello y… Eh… Sonríe qué está Chente con la camarita… Desde que no le dejan llenar los depósitos de los coches no sabe ya qué hacer para llenar las horas».

Prudhomme, periodista deportivo, eso explica muchas cosas. Vete, déjalo, déjanos disfrutar del Tour, del de verdad, el que se gana por desgaste, ese en el que casi no hay ataques porque no se necesitan para hacer daño, porque ya no hay fuerzas, porque como leí hoy en un muy buen símil, «van explotando como palomitas de maiz en el micro». Eso es el Tour, eso es el ciclismo de 3 semanas.

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Qué mal lo pasó hoy Sagan para llegar, dice que ha sido uno de sus peores días sobre la bicicleta.

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No tenía pensado hablar de ella pero la ridícula etapa de 65kms con su ridícula salida ha resultado un fiasco total. Ha servido para que Movistar salvara los muebles y para que Nairo obtuviera una victoria de etapa muy valiosa para él. Sigue siendo un muy buen corredor, de los 2 mejores escaladores del momento y debería irse ya de dónde está y decidir qué tipo de corredor quiere ser, el tiempo se agota.