Dicen los «entendidos» que el Tour tiene etapas intrascendentes, que sólo importan las de montaña y que deben tener desniveles imposibles para que haya espectáculo.
Hace dos días vivimos una etapa que muy probablemente haya decidido el Tour, y su composición y desarrollo fue el de siempre, el de las etapas de antaño. Distancia (no tanta como antes), dureza (en forma de puertos de una pendiente continua del 9%, en los que se hace daño de verdad) y actitud atacante apoyada en el equipo propio y dejando huérfano de él al líder de la carrera.
Pogacar explotó, en parte por juventud, en parte por soberbia, en parte porque no debe tener un director que lo ponga en su sitio.
Ayer hizo un timido intento después de que Jumbo, incomprensiblemente para mí, quemara todas sus naves cual equipo que prepara un gran ataque. Una cosa es mantener un alto ritmo para que no te ataquen y otra abrirse uno a uno y dejar a tu líder sólo.
Hoy hemos vivido una de esas etapas que no deciden quién gana el Tour, que parecen intrascendentes, en las que llega un buen pelotón. Ojo, será una de las etapas más duras que vivirán los corredores de la general y su poso quedará para etapas venideras.
Dentro de un Tour hay varios Tours. Los que estuvieron hoy «tirando del carro» no fueron protagonistas ayer ni anteayer, los que lo fueron sufrieron mucho hoy en una etapa que a priori debería habrer sido de «recuperación».
La fuga ha sido de altísimo nivel y se han dedicado a gestionar su ventaja con el pelotón, durante muchos km entre el minuto y medio y los dos minutos, como auténticos profesionales que son. Primero Lotto y Alpecin, hasta la caída de Ewan, luego Quick y, finalmente Bike Exchange, intentaron echar abajo esa fuga que tantas veces cae ante el empuje del gran grupo.
El terreno no era fácil, pequeñas cotas suficientemente duras para hacer daño a los sprinters aderezado con llanos en los que entraba un poco de aire.
Etapa muy dura después de 2 esfuerzos encadenados de montaña y que, a mi juicio, favorece al líder de la carrera que ha estado en todo momento arropado por su equipo. Mucho va a tener que inventar Matxin desde casa para dar un vuelco a esto.
Sobre el papel la etapa de hoy no ha decidido más que el ganador de la misma, un enorme Pedersen, pero la velocidad y distancia de la misma habrá hecho gastar una bala extra de la que tenían previsto a muchos corredores de la general.
Etapas intrascendentes… y una mierda!!