El pasado domingo se disputó en ese pequeño país famoso por las bicicletas, las drogas y la prostitución, y probablemente no por ese orden, el Campeonato de Europa de Ciclismo.
Una victoria es siempre una victoria, y más en los tiempos del Pro Tour, pero ya me dirán ustedes cuántos sabían que se disputaba, cuántos han visto la carrera y qué repercusión ha tenido en los medios nacionales (interés del público=audiencias=dinero, a buen entendedor…)
Como Teledeporte no consideró oportuno emitirlo, algo que me parecería bien si no fuera por la cantidad de deportes amateurs con audiencias propias de partidos escolares que retransmiten, tuve que conformarme con la generosidad de un amigo compartiendo su smartphone conmigo mientras intentábamos que las parejas presentes en la sobremesa no se «alporizaran» demasiado.
El circuito era ratonero y quizás con un final demasiado duro para un sprinter puro, aunque sea difícil defender esa quasi afirmación viendo tan sólo la clasificación.
Triplete del Jumbo. No, no hablo de La Vuelta y ya sé que se corría por selecciones pero parece que eso a Jumbo no le influye demostrando que siguen en estado de gracia.
La crónica de la carrera será igual de escueta que las estrategias de Chente.
Laporte arrancó a 12 km de meta de un selecto grupo formado por corredores de la talla de Van Aert (Poulidor II de Bélgica), Pedersen, Degenkolb, De Lie. Kooij, Tiller o Kron. La renta nunca fue demasiada incluso con la sospecha de que sus compañeros de Jumbo, en especial Van Aert, no tiraban con todo lo que tenían para dar caza.
El francés, que es un corredorazo, aguantó y supo medir muy bien los esfuerzos para dar ese «punch» final cuando todo parecía indicar que su compañero, rival el domingo, Van Aert lo iba a sobrepasar después de un increíble lanzamiento del joven De Lie que pareció llegar incluso con más fuerza que su jefe de filas a ese km final.
Debo reconocer que en un primer instante creí que VA había levantado el pie para dejar ganar a Laporte pero después de un par de visualizaciones más llegué a la conclusión de que mi fanatismo por el belga obliga a que mi cerebro achaque cada una de sus derrotas a temas extradeportivos y/o celestiales.
Van Aert está en un momento complicado de su carrera. Nadie va a cuestionar su impresionante calidad y que probablemente sea el corredor más valioso del pelotón por su multifuncionalidad pero sus victorias no se parecen en nada a las de su «archienemigo» VDP en cuanto a calidad de las mismas.
Tan sólo 1 monumento y 0 mundiales engrosan su vitrina de trofeos en la que sí hay varias victorias en el Tour conseguidas de todas formas y en todos los terrenos e incluso algún maillot amarillo que vistió durante varias jornadas.
Acaba de cumplir los 29 años y su tiempo se agota, sobre todo si sigue siendo el corredor multifunción que es a lo largo de todo el año y que ninguno de sus rivales directos sería capaz de ser. Sería hasta poético que su mote al retirarse acabara siendo Pou Pou II, abuelo de su máximo rival desde sus inicios en el ciclismo.
Por cierto, 1º Laporte, 2º Van Aert y 3º Kooij
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Rumores de fusión entre las estructuras Jumbo-Visma y Soudal-Quick Step, espero que finalmente no se lleve a cabo.