¿Hay algún aficionado al ciclismo, aficionado de los de verdad, de los que conocen la trayectoria de Valverde aunque no sean fans suyos, que no se haya emocionado viéndolo ganar hoy? Si la respuesta es sí, lo siento, no eres un aficionado de verdad.
Me atrevo a decir que las mayores ilusiones que tenía Valverde como profesional, al menos en los últimos años, eran 2; subir al podio del Tour y ganar un mundial. Tuve la osadía de decir que no conseguiría ninguna de las 2, hoy me he vuelto a comer mis palabras.
Valverde es ese corredor capaz de recorrer todo el campo desde su portería driblando a cada jugador que sale a su paso y, ya con el portero vencido, echarla fuera. Y no es que no tenga victorias, es que sin esos «fallos a portería vacía» estaríamos hablando de un ser superior, alguien inalcanzable a medio plazo.
Hoy España, con un sensacional trabajo, se convirtió en Italia, Italia fue Francia y Francia, gran favorita y gran derrotada, acabó siendo España.
La carrera tuvo la tradicional fuga con corredores que no contaban para la victoria final, fuga que llegó a acumular una auténtica minutada más propia de alguna etapa de «transición» de Tour. Por detrás la super favorita Francia, junto con Gran Bretaña y España, fueron los encargados de imprimir ritmo e ir acercando poco a poco a los fugados que acabarían cayendo como fruta madura del árbol. Así cayeron favoritos como Sagan (quizás no tan favorito hoy), Kiatkowsky o Nibali.
El resultado final da la razón a Mínguez y su apuesta de controlar la carrera para Valverde, a pesar de que yo hubiera apostado por una táctica más ofensiva para desgastar a Francia, que llegó a la subida decisiva en una situación soñada. Alaphilippe, Pinot y Bardet estaban llamados a vestirse con el arco iris, Valverde y Woods se cruzaron en su camino.
Un mundial es una carrera que pasa de las 6 horas, casi 7 hoy y La Vuelta, por su «política» de espectáculo, ha dejado de ser la mejor preparación para esta cita. Un mundial es esa carrera en la que no son necesarios los ataques, los corredores se van descolgado por el desgaste de los kms. Un mundial es esa carrera en la que tanto el ganador de La Vuelta como el segundo clasificado no son capaces de hacer más de 220kms con el grupo de cabeza.
Italia intentó poner un punto de incertidumbre pero, todavía no entiendo muy bien el porqué, decidieron pasar a controlar la parte final de la carrera, haciendo el trabajo sucio a Francia en vez de buscar una guerra de guerrillas que les podría haber beneficiado.
Alaphilippe cedía, inesperadamente pero cedía. Bardet hacía camino junto a Woods, pero también con Valverde, el enemigo que nadie querría tener en la recta de meta. Doumulin sufría para mantenerse cerca, Moscon se desinflaba y Pinot intentaba que Alaphilippe no bajara los brazos antes de tiempo.
El descenso era rápido y la meta estaba a la vista, Doumulin llegaba y amagaba con arrancar pero esta vez, esta vez sí, Valverde no estaba dispuesto a dar por buena una medalla, sólo le valía el maillot. Controló a la perfección, buscó el lado derecho de la carretera junto a las vallas y, cuando llegó su distancia, arrancó.
_Muy pronto Alejando!! _Le han cogido rueda!! _Ojo con Woods que lo pasa!! _Ay Bardet !!
Y 15 años después de la primera de sus 6 medallas (7 a partir de hoy) Valverde ganó, y nos hizo saltar, y aplaudir, y gritar y, por qué no decirlo, llorar.
Y cómo cambia la cosa un oro! Porque no es lo mismo 6 medallas sin haber ganado ninguno que un mundial acompañado de otras 6 medallas!!
La realidad suele ser muy dura, no premia el esfuerzo sino el resultado, pero hoy, hoy sí, Valverde ha recogido el mejor de los premios que podría haber tenido.
Campeón del Mundo con 38 años, enhorabuena y gracias por no haberte ido todavía.
JG.