Hace un par de días intentábamos hacer un pequeño repaso sobre lo que podría suceder en el mundial y los posibles protagonistas. Dar un solo nombre parecía osado, y aunque si citamos a Kwiatkowski como uno de los «posibles», mentiría si dijera que pensaba verlo hoy de arco iris.
Como también adelantamos en la previa unos pocos segundos en la cima del último repecho fueron suficientes, a pesar del sacrificado trabajo de Gilbert, para llegar a Ponferrada en solitario y con tiempo suficiente para soltar los brazos y tener esa foto para la eternidad con los perseguidores disputando el sprint en el que se repartirían las otras dos medallas.
Debo reconocer que la selección polaca me ha hecho tragar las primeras palabras que solté cuando se pusieron tan decididamente a trabajar. Y no me las trago por el resultado, si Kwiatkowski hubiera sido «cazado» por los perseguidores y quedado el 25º me las hubiera tragado igual. Polonia ha estado IMPECABLE.
Sin ser los favoritos se han puesto a tirar para reducir la «importante» ventaja que llegaron a tener los 4 aventureros del día asumiendo toda la responsabilidad convencidos de que podían ganar. Más tarde volvieron a la carga cuando ya con muy pocos efectivos para trabajar y muy cerca de meta otros 4 aventureros (estos de más entidad que los primeros) circulaban por delante. Ya en la última vuelta y en el penúltimo repecho Kwiatkowski se lanzó a por los escapados, que para entonces circulaban a tiro de piedra del pelotón principal, e incomprensiblemente ningún «gallo» salió a su rueda.
Kwiatkowski alcanzó a De Marchi, Gautier, Valgren y Kiryenka y sin pensarlo un seg. Se fue a por la victoria convencido de ello. Sabía que con 7-8 seg. por la cima del último repecho la victoria era suya (debía ser el único que lo sabía vista la pasividad de sus rivales) y así fue.
Por detrás Purito, que este año no ha conseguido estar a su 100% en toda la temporada, lanzó su ataque al que si pudieron responder Gibert, Guerrans y un poco más atrás Valverde. Por detrás todo un rosario de corredores intentado sobrevivir cada uno como podía, con los hombres rápidos entre ellos.
Era un ataque cantado, todos los corredores lo sabían y todos lo estaban esperando pero parecían haberse olvidado de que, salvo caída o avería del polaco, estaban corriendo para hacer segundos.
Con Kwiatkowski lanzado a por el oro el mayor interés parecía centrarse en saber si Gilbert se sacrificaría para una posible medalla de Van Avermaet (como te metes a sprintar por las vallas!!) o si el selecto grupo de perseguidores se pararía por falta de acuerdo y serían absorbidos por el grupo donde los hombres rápidos impondrían su ley. Sucedió lo primero, y un generosísimo Gilbert se puso al servicio del que debería haber sido el líder de la selección belga sin ningún tipo de discusión en el día de hoy dado su momento de forma . Se entregó a tope y se podría decir que cumplió su cometido, el grupo perseguidor no consiguió enlazar.
El danés Breschel lanzó el sprint y rápidamente se cerró a la izquierda, lugar por donde Van Avermaet se dejó su opción de medalla. Valverde se abrió a la derecha y Guerrans muy bien colocado a su rueda lo remontó con relativa facilidad para ser segundo por delante del murciano que conseguía la tercera plaza por escasos centímetros sobre el danés.
Sexta medalla de Valverde en un mundial, que se dice pronto, pero una vez más le sigue faltando el «maillot».
Y la selección española?
No me gustaría que se malinterpretaran mis palabras ni que se me acusara de ventajista (a toro pasado…) pero llegando a la última vuelta como llegaron no estaban jugando a ganar. España perdió su oportunidad de endurecer la carrera en el momento en el que Italia hizo lo propio. Ese debió ser el momento de dar continuidad e intentar eliminar a los hombres rápidos por un lado y/o a sus gregarios por otro. Valverde es un grandísimo corredor que posiblemente hoy hizo lo que le mandaron, arrancar en el último repecho, pero lo hizo sin haber endurecido la carrera lo suficiente y con unos «invitados» en su grupo que eran claramente superiores en un hipotético sprint.
Es un tercer puesto un éxito? En mi opinión no lo puede ser, sobre todo porque creo que no pueden llegar 5 corredores de la selección a la última vuelta sin haber endurecido tanto la carrera como para haber dejado descolgados, o por lo menos haber dejado muy tocados, a los hombres más rápidos.
La única opción de victoria de Valverde pasaba por llegar en solitario, y eso parecía bastante utópico, sobre todo escuchando las «quejas» de los españoles sobre la falta de dureza del recorrido.
Otra medalla, que sin infravalorarla, me sabe a poco.