Después de un par de supuestas etapas importantes regaladas por el pelotón, hoy Movistar decidió que podía ser un buen día para que el «abuelo» sumara otra victoria a su dilatado palmarés. Ese palmarés en el que sobran bastantes carreras menores y en las que echamos mucho de menos otras tantas de las que cuentan de verdad. Valverde se ha convertido en ese abuelo, los que peinamos alguna cana ya lo vemos reflejado en nuestros padres, que llegado a cierta edad ya no se le puede discutir nada, siempre tiene razón y es capaz de defender en una misma frase una cosa y la contraria.

«Va por tí Mikel»

Los osados que lo criticamos estamos acostumbrados a llevar palos por todos lados, será que en el fondo nadie entiende nuestras críticas. Unas críticas que van enfocadas a lo que pudo ser y no fue, a lo que todavía a día de hoy podría ser pero, por sus carencias tácticas, de planificación o de confianza, nunca estarán en su palmarés o al menos en la cantidad que deberían.

Criticar sus victorias sería del género bobo e imposible de defender pero la gran torpeza de algunas de sus derrotas y, sobre todo, sus ausencias de muchas carreras no tienen defensión alguna.

La Vuelta le va como anillo al dedo a un corredor de sus características, sobre todo La Vuelta Guillénizada pero, una vez más, pesan más sus derrotas que su única victoria en la general de la carrera de las cuestas de cabras.

Valverde es ese corredor que es capaz de todo, de lo mejor y de lo peor, y por eso no me atrevo a incluirlo como favorito a la victoria final, porque el día que menos te lo esperes se descolgará, se le enganchará un chuvasquero en la rueda o se quedará cortado en un abanico a 60kms de meta.

«Y entonces le dije, gana! Y ganó!!»

Hoy su equipo trabajó para acercar la fuga y Jumbo puso el ritmo final para reducir el grupo. Ese grupo que se queda en 20 tíos en el menor repecho, o incluso bajando!! Ese es el verdadero nivel de esta Vuelta, no el que ponen Roglic o Supermán.

Nairo decidió probar, estuvo muy activo durante todo ese esperpento de subida final que sólo sirve para que los corredores que han estado trabajando durante toda la etapa se retuerzan como perros para llegar a meta. Dio la sensación de ir con el freno de mano echado e incluso se pudo ver cómo levantó el pie cuando su «jefe» dio muestras de debilidad. Igualito que «el abuelo» hace unos días oiga!

Pero los papeles ya estaban repartidos antes de empezar esta película y a Nairo le tocó hacer de malo.

Victoria para Valverde por delante de Roglic, con Supermán y Nairo cediendo unos metros.

Esta Vuelta no tiene solución posible. Da igual que la gane Roglic, Supermán o Nairo. Será una mierda de Vuelta porque Guillén así lo ha querido, porque nadie se la toma en serio y porque la cutrez llega al extremo de los caóticos traslados que denunciaba Gilbert (y del que tienen pantallazo).

Gracias Guillén por tenerlo todo tan bien organizado.

Hoy recordaba un amigo el esperpento de las metas vacías. Tal es el afán por «proteger» las zonas de meta que están consiguiendo, y no es cosa sólo de este año, alejar un deporte como el ciclismo del público. Ese público que da calidez y color a la carrera, ese público que anima a los patrocinadores a invertir, ese público que tan bien queda en las fotos y en TV, ese público que debería aplaudir al ganador de etapa en el podio. Ese público ha sido sustituido por VIPS en los palcos colocados por la organización dónde es muy difícil encontrar algún verdadero aficionado al ciclismo. Y lo sé porque he pisado alguno, puro postureo para foto de Instagram.

La Vuelta ya no tiene solución , al menos la de este año.

La meta estaba «abarrotá»