Hoy sí valieron los planos aéreos

Y La Vuelta llegó a Galicia. 207 kms, 3.500 m. de desnivel acumulado por carreteras secundarias y sin puertos de entidad, sin puertos de primera categoría, ¿para qué? ¿Es que no conocéis Galicia?

La etapa salía de Mombuey y llegaba a Luíntra, corazón de la Ribeira Sacra, tierra de viñedos, del Mencía y Godello, del Cañón del río Sil, del románico en forma de iglesias y monasterios y, lo más importante para el ciclista, de terreno pestoso, más que pestoso, duro, muy duro.

Por fin el realizador se pudo explayar pinchando planos desde el helicóptero, el verde, la naturaleza, el impresionante Cañón, el Parador de Santo Estevo… Nosotros pudimos disfrutar de ello mientras los ciclistas sufrían como en pocas etapas en La Vuelta. Bauke Mollema, elegido el corredor más combativo del día, decía en meta haber realizado la etapa más dura de la carrera sin ninguna duda y, estar casi seguro, de que había sido la más dura de todo el año de competición. Y es que a los kms y al desnivel de la etapa debemos sumar los 40′ de adelanto con los que llegó el pelotón.

Joder con Galicia… Estos no saben lo que es un llano?

La etapa salió rapidísima (49 kms en la primera hora) con multitud de intentos de fuga que no llegaron a cuajar mientras Michelton intentaba controlar. Fue en la segunda hora de carrera cuando un numeroso grupo con corredores como Pinot, Haig, De Marchi, Majka o el mencionado Mollema ponían tierra de por medio con el beneplácito del equipo del líder muy bien representado.

La distancia se fue a los 4′ y Arrieta, actuando como el verdadero patrón de la carrera, decidió poner a su equipo a tirar. Michelton había hecho su papel, controlar las dos primeras horas y filtrar a un buen corredor como Haig en la fuga para poder desentenderse si la situación lo requería, y por el tipo de etapa que era, lo requería. A tenor de sus declaraciones parece que ni Quintana ni Valverde lo entendieron, quizás es que no se consideran favoritos para ganar, quizás es que no saben lo que significa asumir responsabilidades, quizás es que son unos bocazas a los que les viene grande eso de pensar antes de hablar.

La etapa de hoy será la más trascendente de toda la Vuelta, no por las diferencias, que han sido nulas, sino por el desgaste sufrido por el pelotón. Es de esas etapas en las que todo el mundo sufre, sin excepción. Es de esas etapas imprescindibles, de esas etapas que no gustan a Guillén ni a los expertos periodistas patrios porque no terminan en una cuesta de cabras y porque les obliga a estar pendientes de la carrera durante 5 horas en las que «no pasa nada». Cuidado con la de mañana, seguimos en Galicia.

La etapa fue magistralmente ganada por De Marchi que, sabedor de su menor punta de velocidad, soltó en un durísimo último repecho muy cerca de meta al colombiano Restrepo que completó una más que notable jornada. Pinot se quedó sin premio, el ritmo de Movistar y, el «arreón» a pocos kms del final del EF de Urán, hicieron que la diferencia en meta no pasara de anecdótica. Nairo, en un absurdo ataque dentro del último km quiso dejar claro «quién es el jefe» y que él también ataca, aunque sea para nada.

Me prometieron pulpo á feira si ganaba, por eso ataqué al final

Movistar sigue siendo el favorito, Nairo tiene en esta Vuelta su última oportunidad de reivindicarse y de que el resto del pelotón lo siga viendo como un posible ganador de una Grande. Valverde ya sabe lo que es ganarla pero ni la concentración ni la estrategia están entre sus puntos fuertes. Además cuenta con su última oportunidad de ganar un mundial y esa debería ser su prioridad. Carapaz, un grandísimo corredor ganador de etapa y 4° clasificado en la general final del Giro de Italia que incomprensiblemente no estaba en el 8 de La Vuelta hasta la baja de Landa, puede ser clave en una hipotética victoria de alguno de los hombres fuertes de Movistar, hasta ahora lo está siendo.

A priori , Yates, Urán, Izaguirre, Kelderman, López, Kruijswijk y un jovencisimo Buchmann parecen sus rivales más sólidos pero, a diferencia de los dos corredores de Movistar, ninguno de ellos sabe lo que es ganar una Grande y, alguno como Kelderman, ya cuenta  con tiempo perdido. La opción de Kiatkowsky parece que pierde enteros, Pinot ha gastado hoy muchas balas sin obtener ningún botín y De la Cruz no parece capaz de dar «ningún susto».

La carrera sigue todavía abierta y su llegada al norte comenzará a despejar dudas. O quién sabe, quizás Movistar prefiera jugársela en la CRI para no tener que volver a controlar la carrera.

Guillén, por favor, abre los ojos.

JG.