Vicenzo Níbali

Ciclismo… Ese gran deporte de esforzados de la ruta con una capacidad de sufrimiento sobrehumano que se enfrentan a la adversidad del terreno y las condiciones climatológicas durante 21 días consecutivos y en tiradas de más de 200 kms… Jugandose literalmente la vida y en la mayoría de los casos por sueldos que no servirán para solucionar la vida.

Pero… por qué ya no es esta la visión que tiene el aficionado del ciclismo?

Todo parece indicar que los grandes escándalos de dopaje sucedidos desde los años ´90 han deteriorado la imagen que el gran púbico tiene sobre los ciclistas. Los casos están ahí, no los vamos a negar, pero resta eso un ápice de bravura, sacrificio o valentía al esfuerzo de los corredores?

Me atrevo a ir un paso más allá, de verdad queremos saber la realidad o preferimos vivir el cuento de hadas en el que pensamos vive el deportista de élite? Porque a lo mejor si sabemos la vida que llevan nos despertamos de ese sueño…

Y por qué digo esto? Porque honestamente, creo que el único delito que ha cometido el ciclismo es el de haber querido luchar firmemente contra el dopaje «caiga quien caiga» y «cueste lo que cueste»… Y vaya si ha costado…

Pérdida de patrocinadores, amenazas (cumplidas) de Tvs estatales de retirar la retransmisión de carreras como el Tour de Francia, pérdida de credibilidad ante el aficionado, y un largo etc. Cuándo debería suceder todo lo contrario.

Si uno pone los medios para luchar contra un «fraude» y empieza a «caer» gente, se supone que el sistema funciona y que nos encontramos con una sociedad más limpia. O es que realmente preferimos no saber y así creer que lo que no se ve no existe?

De verdad creemos que el ciclista es un deportista distinto a los demás?

Podría poner mil ejemplos… Imaginemos que en España se reduce considerablemente el número de multas por exceso de velocidad impuestas a los conductores. Esto podría ser debido a que los conductores han aprendido la lección, a que el número de controles ha descendido o a que todos los radares están anunciados y el conductor sabe el punto exacto donde levantar el pie.

Esto mismo lo podemos extrapolar al mundo del deporte.

El ciclismo, además de incrementar considerablemente el número y la calidad de los controles antidopaje (financiados en una parte por los propios corredores) han querido ir más allá y ser pioneros en multitud de iniciativas como el pasaporte biológico.

También decidieron crear un código ético y más recientemente un movimiento por un ciclismo creible (MPCC) al que están adscritos gran parte de los equipos punteros y que para algunos de ellos se ha convertido en un «molesto» problema.

Y se ha convertido en un problema porque, entre otras cosas, se han olvidado de lo más importante; eliminar del ciclismo a los verdaderos causantes de sus males !!

Han seguido focalizando el «problema» sobre el ciclista restringiendo aun más las ya de por si estrictas normas de la UCI, y es que no se puede (ni se debe) ser más papistas que el Papa.

Cómo pretende tener credibilidad un deporte en el que el Sr. Alexander Vinokourov pide sanciones de por vida después de haber dado positivo, haber vuelto a competir y seguir ligado al ciclismo dirigiendo al equipo Astana?

Cómo pretende tener credibilidad un deporte en el que se ficha a un corredor limpio, se filtra una noticia a la prensa de un supuesto dopaje, se rompe el contrato y meses más tarde se falla que ese corredor es inocente después de haber perdido toda la temporada (con lo que ello conlleva para un deportista)?

Cómo va a tener credibilidad un deporte en el que los dirigentes de la propia UCI se ven envueltos en escándalos de filtraciones, maletines y «perdones»?

Cómo va a tener credibilidad un deporte en el que importa más la imagen de que no te has dopado que el si realmente lo has hecho?

Cómo va a tener credibilidad un deporte en el que parece que los positivos son elegidos a dedo?

El día que el ciclismo deje de querer ser ejemplo de nada y se comporte como uno más, la percepción del aficionado volverá a ser la que era. Mientras tanto, seguirá siendo víctima de su propia medicina…